jueves, 31 de marzo de 2011

Pantalón roto

Pensé que llegaba tarde al trabajo, metí prisa y terminé demorando a todos porque tenía que hacer pis, igualmente llegué temprano. Saludé como buena chica educada. Mi compañerito preferido (que llamaré Cucarachita para preservar su identidad) (JA! ¡Como si fueras famosa!) me dice "arrimate un cachito" y a continuación dice "tenés un agujero en el pantalón" Y si, el corderoy bordó decidió fenecer justo a las 9:07 de la mañana y pienso "esto no puede ser, no hice presión como para que se rompiera=¿el pantalón ya estaba roto?" pensamiendo II "sos una crota"
Se rompió el pantalón y mi bombachita amarilla se veía a luz y sombra. ¿Me pongo de mal humor? ¡No! Me río y me pongo de taparrabo un saquito chiquito que no combinaba en absoluto para tapar el agujero. Pensamiento III "sos una crota multiplicado por 1000" Y sigo con mi día. Y liquido sueldos y me aburro y sigo liquidando sueldos imaginándome en otro lugar. Me saco el taparrabo y voy con el pantalón roto con el culo contra los muebles. Pensamiento IV "lleva tu crotez con orgullo y riete de ello" Vendo cosas por mercadolibre, me siento contenta, me olvido del agujero en el pantalón y de la bombacha amarilla y de todos los zombies que trabajan conmigo.
Y de regreso a casa pensaba ¿por qué no tendré esta seguridad y aceptación en otros aspectos de mi vida?
Y sin respuesta a tremendo interrogante, ¡ay, como me río de mi!, me voy a colgar la ropa.
Buenas noches.

martes, 29 de marzo de 2011

un día, hoy, todo desordenado como soy yo

O mejor dicho desordenadA.
Me fumo un pucho, aunque se que no debería. El otro día en el supermercado le decía a él (porque ahora vivimos juntos) que me gustaría sentirme mejor, que siempre me duele algo y que me gustaría dejar de fumar. Ese mismo día, o sea ayer, caí enferma nuevamente, vómitos cada una hora, diarrea, fiebre, dolor de piernas y muy insoportable. Tenía miedo a morirme, como siempre que me agarra una pataleta de estas. Y le pido al dios de la gripe que me salve y me digo "no te vas a morir porque sos fuerte". Hoy lo pienso en retrospectiva y me doy verguenza (como se ponía la diéresis) y siempre que me pasa eso me doy verguenza. Y vivimos juntos desde que llegamos de las vacaciones. El me propuso vivir juntos en El Calafate, caminando una tardecita, me morí de amor. Y desde que llegamos y decidimos hacerlo "más rápido que tarde" no tuvimos un día sin peleas. Boludeces en la mayoría de los casos, boludeces explosivas por supuesto, porque yo siempre tengo encima el tanque de gasolina. Vino la médica y le hice muchas preguntas entre ellas "¿esto no puede ser pancreatitis, no?" Me responde "No, estarías amarilla". Me recetó un rosario de medicamentos, me molesta, protesto, odio tomarlos y recuerdo que mi psicóloga el otro día hablando, también de medicamentos, me pregunta "¿Por qué siempre a la defensiva, por qué siempre peléandote con las cosas, por qué siempre tan extremista? La respuesta instantánea es: Yo soy así y porque sí. Pero no sirve. No sirve porque no me hace bien, no hago bien así. Acepto tomar los medicamentos. Y esa es una forma de admitir mi "mala actitud" pero cambiarla cuesta más. Se corta la luz, se corta el agua. Quiero amor. Quiero mimos. Quiero estar tranquila.